Es la capacidad e idoneidad que debe poseer el Contador Público o la firma de Contadores para que los servicios en los cuales se comprometa sean realizados en forma eficaz y satisfactoria. Igualmente tiene obligación de actualizar permanentemente sus conocimientos, para estar acorde a los progresos de la técnica y del desarrollo social.
El cumplimiento de las normas de competencia exige una decisión personal por parte del Contador Público respecto a cada trabajo. La competencia para manejar un problema con el cual no se está familiarizado puede adquirirla mediante la investigación, el estudio o la consulta a un profesional, que tenga la competencia requerida y si es incapaz de obtener esta competencia, debe seguir la intervención de una persona competente para que realice el servicio solicitado ya sea independiente o como socio.
El principio ético de competencia y actualización profesional es vital en el ejercicio de la Auditoría, pues no es de elemental lógica pensar que quien actúa como evaluador de poseer un grado de conocimiento y actualización igual o superior a quien produjo el asunto evaluado, para así poder emitir un diagnóstico certero.