La sinceridad, la buena fe y la lealtad son condiciones básicas para el ejercicio libre, honesto de la profesión; para la convivencia pacífica, amistosa y cordial.
La amistad entre colegas no es motivo para retener la información entre ellos, ni excusa de sinceridad, si se tiene que dar un testimonio como experto dentro de un proceso judicial.
En el desarrollo del examen de Auditoría, el auditor necesariamente tendrá que evaluar en forma crítica la labor de otros colegas. La relación que éste debe sostener con los mismos deberá enmarcarse dentro del principio ético del respeto entre colegas, para así mantener la armonía que debe prevalecer en la profesión.