Este principio se encuentra implícitamente comprendido en todas y cada una de las normas de ética y reglas de conducta, pero su inclusión de manera expresa en la Ley permite dar conocer la necesidad de la sanción, con la cual da confianza a los usuarios de los servicios del Contador exigiendo así una capacidad calificada, para beneficio de la Contaduría Pública. El principio ético de responsabilidad es reafirmado en el ejercicio de la Auditoría, pues el mismo es prenda de garantía de un trabajo de calidad para el cliente.