El auditor para realizar su trabajo, la mayoría de veces necesita ayudantes, los cuales deben ser supervisados adecuadamente. Las razones para realizar una apropiada supervisión sobre los asistentes radica en que la responsabilidad del auditor no puede de manera alguna ser delegada y al cliente que contrató la auditoría debe garantizársele un trabajo de calidad.
Para lograr el cumplimiento de la supervisión, la primera Norma de Auditoría relativa a la ejecución del trabajo obliga al auditor a ejercer supervisión sobre sus ayudantes cuando reza: "El trabajo debe ser técnicamente planeado y debe ejercerse una supervisión apropiada sobre los asistentes si los hubiere"[Ley 43, 7°]
La supervisión deberá ejercerse en todas las fases de la auditoría, durante la planeación, la ejecución del trabajo y hasta la culminación del mismo. El grado de supervisión a aplicarle a cada asistente se relacionará con la capacidad de cada uno y su experiencia en la labor de auditaje. Una vez que el auditor ha establecido un adecuado sistema de supervisión podrá verificarlo, analizarlo, y corregirlo donde lo crea más conveniente.